martes, 1 de enero de 2013

Mujeres

Siempre me han gustado las mujeres...es verdad que, conforme pasa el tiempo, me hago más exigente; es decir, ya no me conformo con una cara bonita, unos ojos hermosos o unos labios grandes y vibrantes. Ahora me atrae más  un rostro que trasmita serenidad, una mira inteligente, unos labios de los que salga "algo" divertido o cosas que me hagan pensar,  Me atrae más una mujer que insinúe, que una chica que me lo de todo, no lo quiero todo ¿quizás porque ya lo he tenido? son cosas que, supongo, te da la edad, la experiencia, la suerte o no suerte, depende cómo se vea...Me gustan las mujeres a las que no les incomoda el silencio, que son capaces de disfrutar de un paseo, de una charla amena entre amigos, de una cena para dos... 
Las cosas en la cama ahora también son diferentes; me fascina la sensualidad de "un polvo mañanero", esos con los que despiertas entre besos y caricias prohibidas; me encantan el morbo y la picardía que, en ningún caso, deben estar reñidas con la elegancia; me gusta que me provoquen, que me seduzcan y que se dejen seducir; me gustan las mujeres que, a simple vista, son discretas, tranquilas, delicadas...pero que en la intimidad se convierten en una explosión multicolor de sexualidad, picardía y diversión...

Sí, siempre me han gustado las mujeres...pero siento que ahora las disfruto más...

Alexia

sábado, 29 de diciembre de 2012

Sal y pimienta...

Una...dos copas...sólo dos copas, una tercera  copa me hubiera impedido disfrutar de su descarada y seductora mirada...

Después de pasar una tarde agradable en compañía de algunas amigas, María y yo habíamos decidido tomar algo antes de volver a casa. Llevábamos un par de años saliendo y la relación no iba mal,  para ser sinceras la verdad es que, de acuerdo a lo que dicta la "sociedad", nuestra relación era perfecta, y sí que lo era; no obstante, mi forma de vida antes de conocer a María llevaba días desgarrándome por dentro queriendo regresar y eso me inquietaba...

Mi vida anterior era bastante...¿cómo lo diría? ¿irresponsable? ¿libertina? ¿loca? no lo sé...antes, sentimentalmente, no tenía ninguna "obligación"...me resultaba fácil seducir mujeres, no podría quejarme, siempre tuve a la mujer que quise y ahora, aunque en todos los sentidos  era feliz con María y con todo lo que ella me aportaba, últimamente echaba mucho de menos la vida que llevaba antes de estar con ella...Supongo que esos sentimientos que  asechaban mi interior, hacían que fuera presa fácil, necesitaba una aventura, algo que aplacará a esa bestia sexual que llevaba dentro y, al parecer, esa era mi noche...

Aquella chica no dejaba de mirarme y para mi era difícil dejar de mirarla también, me ponía tensa su descaro, su cinismo, es como si no le importara que estuviera acompañada. Si María se diera cuenta de la situación, en dos segundos le sacaría los ojos y bueno, sobra decirlo, a mi también...María era una de las personas más celosas con las que me había cruzado...Ella, como siempre, no dejaba de besarme y acariciarme, a veces tenía yo la sensación de que a María le gustaba exhibirse, era una sensación extraña, parecía que con su actitud sólo quisiera demostrarles a las demás que yo era suya, de su propiedad, es como si cada vez que llegábamos a un sitio ella escribiera Alexia es de mi propiedad, cuidado...esa actitud, hasta cierto punto infantil, me gustaba, me hacia gracia, incluso me causaba ternura, en ningún caso lo hacía de forma negativa o enfermiza, de echo en muchas ocasiones nos reíamos las dos de su comportamiento. La risa en nuestra relación era uno de los ingredientes que más sazonaba nuestra vida en común.

Conforme pasaba la noche yo me ponía cada vez más nerviosa, estaba excitada, los besos y caricias de María junto con la profunda mirada de aquella chica me estaban poniendo enferma, sentía mi sexo húmedo y los pezones a punto de reventar; la música, el ambiente en penumbras y las dos copas que me había tomado contribuían  a tenerme en ese estado...Los ojos de aquella chica me tenían hechizada, eran grandes, profundos, y su apariencia femenina con actitudes un tanto masculinas me habían capturado. 

Mi excitación y decepción llegó a más en el momento en que la chica de ojos grandes y profundos desapareció de mi vista, mi corazón en cualquier momento iba a explotar ¡ella ya no estaba! había desaparecido; la chica que durante unos minutos me había tenido tan caliente con tan solo unas miradas descaradas se había marchado así, sin más. Mi desconcierto fue tan evidente que María se dio cuenta y me preguntó si me pasaba algo, lo negué y le pregunté si le apetecía otra copa, necesitaba buscar a esa chica, realmente no sabía para qué, pero mi personalidad impulsiva a veces me llevaba a hacer cosas de las que luego me arrepentía pero, era algo que no podía evitar, como ya he dicho, era parte de mi personalidad...

Con la intención de encontrar a esa chica dí un buen rodeo antes de llegar a la barra, pero nada, se la había tragado la tierra... 

La noche continuó sin grandes cambios, mi estado de ánimo, que por un momento se había enfriado, volvía a estar a mil; María sabía como nadie mantenerme caliente, la situación, el morbo, sentir las miradas lascivas de las demás mujeres mientras nos besábamos y acariciábamos hacían que la situación fuera realmente excitante, había llegado el momento de irnos a casa a  "rematar", me encantaba follar con María, su apariencia frágil, dulce y femenina contrastaban con la fiera en la que se convertía cuando hacíamos el amor, agresiva, sexual, porno...una explosión de sensualidad invadía nuestra cama cada vez que hacíamos el amor, el sexo con María era fantástico...    

Antes de marcharnos y mientras María daba el último trago a su copa fui un momento al servicio, una mano impidió que cerrara la puerta, era ella...la chica de ojos grandes y profundos que tanto me había descolocado estaba ahí, pidiéndome con la mirada entrar al servicio conmigo...no hubo palabras, no era necesario hablar, ella sabia lo que yo quería...Entró al servicio conmigo, mi coño automáticamente se empapó, mi corazón latía exageradamente y mis pezones asomaban rebeldes por la camisa, acerco sus labios a los míos pero no nos besamos, nuestros senos estaban pegados, sintiendo mutuamente los latidos de nuestros corazones, yo no podía hacer nada, estaba paralizada; sus manos en cambio eran  muy  rápidas desabrochando mi pantalón, yo me acerqué a su oído y no podía hacer otra cosa más que pedirle, rogarle con la respiración entrecortada que me follara...por fin bajó mis pantalones y después mis bragas empapadas, yo estrujaba sus senos, abrí su camisa y chupé desesperadamente sus duros pezones, ella me apartó suavemente, separó mis piernas y empezó a acariciar mi sexo, al sentirlo tan húmedo ella dejó escapar un gemido, siguió acariciando suavemente mi clítoris y yo ya no podía más "fóllame" le susurré nuevamente, e introdujo dos dedos en mi vagina húmeda y caliente, dentro, fuera, dentro, fuera, dentro...despacio... dobló su pierna para ayudarse de su rodilla y embestirme de forma más rápida y violenta, yo estaba abrazada a ella tirando suavemente de su pelo, me follaba cada vez más rápido, mi sexo devoraba sus dedos, su mano, hasta que me corrí...una explosión de sensaciones invadió todo mi cuerpo...
Después me puso de espaldas a ella, inclinada, apoyando mis manos encima de la tapa del bater, separó mis piernas y delicadamente introdujo uno de sus dedos por mi ano...¡Dios que excitante!  mientras ella me follaba por detrás, yo masturbaba mi clítoris, sentía que todo mi ser iba a explotar, no tarde nada en volver a correrme...sentía que mi corazón saldría de mi cuerpo en cualquier momento...entonces ella, la chica de ojos grandes y profundos abrochó  su camisa, abrió la puerta y se marcho, dejándome ahí  a cuatro patas, semidesnuda, con las piernas temblando, los senos duros y el sexo hinchado y chorreando de excitación con la respiración entrecortada; me había corrido dos veces pero, la situación había sido tan excitante que necesitaba más...me puse de pie nuevamente y comencé a tocarme...mi sexo caliente y húmedo envolvía a un clítoris duro y deseoso de más sexo, me acaricie despacio, luego con más energía y decisión mientras pellizcaba con la otra mano mis pezones...introduje en mi coño un dedo, luego dos...entraban y salían despacio...dejé de tocar mis senos para acariciar mi clítoris, la recreación de lo que había vivido tan solo hacía unos minutos ayudaron a que no tardara en correrme nuevamente...

¿Alex? ¿estás ahí? La voz de María me saco inmediatamente de mi  trance ¡Sí, ya salgo! - le dije - Tardabas mucho y pensé que había pasado algo - me comentó. 

Salimos juntas del recinto y entre risas le susurre al oído: me muero por llegar a casa y follarte María,  tengo muchísimas ganas de follarte...

Esa noche tuvimos una de nuestras mejores sesiones de sexo de nuestra relación ¡el sexo con María fue fantástico! y con la otra chica también, nunca he vuelto a verla, jamás supe su nombre ¿se acordará ella de mi? quién sabe...     

Alexia